El antiguo museo de la ciencia de Barcelona ahora es el Cosmocaixa.
Aparte de la exposición de siempre -la sala de la materia-, donde se puede experimentar con diferentes fenómenos para comprender mejor las leyes de la física, lo más llamativo del museo -según mi criterio absolutamente personal, claro está- es el bosque inundado. Una reproducción exacta de un bosque inundado de la selva amazónica brasileña.
No está mal, aunque después de la publicidad que había visto esperaba un poco más. Se puede ver una anaconda - que casi no se ve porque está en un rincón enrollada en un rama y no se mueve-, dos ranas venenosas, una colonia de hormigas cortahojas, y alguna especie más. Lo más espectacular es la vitrina desde la que se ve el bosque por debajo y toda la fauna marina que hay por allí -me recordaba al acuario-. Después, un corto paseo por dentro del bosque -una especie de invernadero- (no tengáis miedo, los animales peligrosos estan fuera del alcance del público) y ya está. Me llamó la atención la tremenda sensación de bochorno que había dentro del bosque, debida a la alta humedad que se incrementaba cuando llovía -cada dos o tres minutos caía un chaparrón (aunque el público no se moja)-Si no tenéis pensado ir nunca a la selva amazónica, puede estar bien darse un paseo por el Cosmocaixa. Al menos es curioso de ver.
El museo está en la calle Teodor Roviralta 47-51. Se puede ir en BUS: 17, 22, 58, 73, 75, 60 y 196 o por FGC Avenida Tibidabo. Aparte del coche, claro.
La entrada general cuesta 3 euros, y las actividades -como el planetario- 2 euros cada una.
Tambien existen varias opciones de descuento en la entrada, desde el carnet del TRESC a el carnet de Biblioteques de la Diputació de Barcelona. (Este último permite la entrada gratuíta).
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